Esta divertida novela hurga en las contradicciones de unos españoles exiliados en México, que viven sumidos en una burbuja de irrealidad, incapaces de volver a su patria, pero también renuentes a integrarse al país de acogida. Situada en los años finales del siglo XX, la novela demuestra cómo los traumas sufridos por quienes vivieron la Guerra Civil en carne propia son luego heredados por sus hijos e incluso por sus nietos (aun cuando estos luchan por impedirlo). Pero la novela es mucho más que una reflexión agridulce sobre el exilio. Al trazar las rocambolescas vidas amorosas de cinco o seis personajes entrañables, El ausente ofrece una entretenida defensa del papel de la pasión y la imaginación en la vida de todo ser humano. Quien no esté dispuesto a fabular, parece decirnos la novelista, está muerto, ya que la vida no es más que una serie de historias que se pelean entre sí por ser escuchadas y amadas. De este modo, si los personajes centrales de la novela finalmente logran salir adelante es, sobre todo, gracias al esfuerzo que hacen por imaginar el mundo que habitan. Una novela muy divertida sobre el res