"En la sociedad contemporánea domina la «posverdad» y todo es defendible aunque atente contra la lógica, la razón y la evidencia. La educación ya no tiene en cuenta el aprendizaje ni el esfuerzo, ya no importan los contenidos sino las «competencias»; cada uno puede elegir el sexo que considere, con independencia de su sexo biológico; la historia y la literatura se reinterpretan según parámetros actuales y se convierten en algo que no eran, pero todo vale para acomodarlas a lo políticamente correcto.