Jordi Cussà debutó con esta novela coral sobre el submundo de la adicción a las drogas, un tema que pocos autores catalanes habían transitado hasta entonces. La novela refleja los viajes y aventuras de un grupo de amigos que se dedican al tráfico y consumo de heroína y otros estupefacientes en la Cataluña rural de los últimos veinte años del siglo XX.