«Crónica, crítica y muerte de un heterónimo» de Óscar de la Torre nos lleva a una expresión reflexiva formada sin ninguna grieta y extremadamente meditada sobre la otredad, la aportación, la epigonalidad y otros alrededores. Mediante trasvases circulares, corrientes enérgicas y una serie de rupturas textuales este discurso se convierte en un ser polifónico y proteico. En la primera de sus partes, «Testimonio de las transmutaciones», se despliegan diversas miradas sobre el asunto de la heteronimia y desde aquí, se van trazando distintos tiralíneas que enlazan temáticas posteriores. Una de ellas resulta un asunto central dentro de este estudio: la aportación literaria. La pregunta es sencilla y, al mismo tiempo, excesivamente complicada de responder: ¿Qué aporta este autor o autora a la Historia de la Literatura? Interrogante que lleva aparejado otras cuestiones: el canon, la clasicidad, la dificultad de la enseñanza del acto literario, la didáctica… Ya el título de esta segunda parte lo dice todo: «Para una crítica utópica». Y llegamos a la última sección, «Morir es tan solo un ratito», la cual hace de contrapunto con la anterior, resuelve la primera y se centra en la epigonalidad poética de modo ameno y cercano; pero con la profundidad necesaria para alimentar cada página. Tan solo añadir que, con Crónica, crítica y muerte de un heterónimo, el lector podrá tener muy claro qué hay que preguntar a un texto literario, ¡qué ya es mucho! [Rafael Argullol]