Durante siete noches, el curador y una voz incorpórea sostienen una conversación que tiene como fondo unos cuadros rescatados del olvido y el sonido intruso y machacón de la radio de un vecino. Oscuridades, arrebatos, referencias, complicidades y desacuerdos, Tiziano, el Greco, Bataille o Zweig, agresiones y reparaciones se suceden atravesadas por el juego de autoridad que se establece entre ellos, así como por las dudas del protagonista acerca de la naturaleza de su interlocutor y de su propia cordura. En su segunda novela (tras Malformalismo, Caniche, 2019), Txomin Badiola propone un inquietante psicodrama, sexual y entrópico, llevado hasta el extremo del pudor. Con una descarnada puesta en escena ùStrindberg, Beckett y Pinter en la sombraù, el autor se enfrenta, en un ejercicio de sinceridad literaria, a las complejidades del creador en la encrucijada del arte del siglo XXI.