El último poemario de Noni Benegas es es un canto a la lucidez. Una llamada a actuar y a intervenir de lleno en la realidad común.Escribir es para Noni Benegas tan necesario como respirar. A veces cuando despierta anota los sueños que recuerda tratando de descubrir lo que la durmiente se oculta a sí misma. Una madrugada sufrió, sin embargo, un ?insomnio colosal?. Manoteó un lápiz y unas hojas y, en esa duermevela tenaz, empezó a consignar como una ventrílocua lo que su cabeza le dictaba sin oponer resistencia. Con los ojos entrecerrados, sobre la almohada, fue descifrando esa voz que se enseñoreó durante horas de su discurso. Falla la noche es el testimonio de lo que su autora atinó a apuntar en esa interfaz entre sueño y vigilia. Aquello que no queremos saber y que, solo camuflado en imágenes oníricas, podemos digerir se muestra, por una vez, al desnudo.