Considerado unánimemente como el gran maestro de su generación, Francesç Català-Roca (1922-1998) constituye en puente decisivo entre las vanguardias de entreguerras representadas por su padre Pere Català-Pic (1889-1971) y la nueva vanguardia documental que él mismo encabezó en la frontera entre los años cuarenta y cincuenta.
Dueño de un sólido dominio del oficio, heredó de su padre su talento y la audacia formal a la hora de crear y componer imágenes. Sus numerosos libros de paisajes, pueblos, ciudades y gentes de toda España, muestran desde el inicio de su carrera a un profesional riguroso, brillante, mágico, que ha sabido aunar un profundo conocimiento de la técnica y una inabarcable capacidad creativa. Premio Nacional de Artes Plásticas en 1983.