Esta novela del siglo XII en francés anglonormando se apropió del mundo mediterráneo de los romans antiques, cuya tradición reivindicó y reelaboró. El sur de Italia como marco geográfico desplegó en su obra un universo ficcional alternativo al de las narraciones en boga, con las que, por otra parte, el autor no dejó de dialogar desde una perspectiva netamente lúdica.