Escribir es un atrevimiento, como quedarse desnuda en una playa . Así comienza el primero de los relatos que componen este libro, la historia de una escritora que, a sus cuarenta y siete años, decide detener la inercia y el declive de su vida y no regresar de un veraneo. También el protagonista de Pekín-Xàtiva, a bordo de un tren, descubrirá las implicaciones casi fantasmales de intentar recuperar el pasado. Por esta colección desfila toda una galería de variados personajes que comparten el denominador común de afrontar el vértigo del paso del tiempo: maestras infantiles, bailaoras de flamenco, ancianos del mar del Norte, ingenieros japoneses, padres que ven a sus hijos crecer y alejarse, amantes imposibles de una vieja academia de traducciones, amores de instituto a los que se les perdió la pista, hombres visitados por filósofos griegos y atormentados por un sueño, guitarristas franceses, voyeurs de las vidas ajenas Y hasta el propio Leonard Cohen retratado al detalle en sus años de silencio, apartado de los escenarios en un monasterio budista.