Poemas breves, de lectura fácil, aparentemente simples e inofensivos que llevan sin embargo dinamita dentro. Una visión lúcida de un mundo terrible, nada frecuente por eso mismo, y una voz tan personal que parece estar inventando el lenguaje que usa. Gil de Biedma, Iribarren, Carver o Ángel González asoman en algunos versos y eso ya da ciertas pistas de a lo que en realidad se enfrenta el lector. Cuidadito con Munté.