Aprender a relacionarnos los unos con los otros es sin duda uno de los mayores retos de la humanidad. Krishnamurti vuelve a desafiarnos usando preguntas sencillas y directas, que solo pueden revelar su profundidad y oportunidad de un cambio radical si aceptamos su desafío: conocernos a nosotros mismos en el espejo de la relación.