Con la idea de hallar la ruta de las especias por el Oeste, Fernando de Magallanes comandó la expedición de cinco naves y aproximadamente 250 hombres, que salió de Sevilla el día 10 de agosto de 1519. Tras la muerte de Magallanes en Mactán (Filipinas) y el descubrimiento de las Molucas, Juan Sebastián Elcano regresó a España, en 1522, bordeando el continente africano en la nave Victoria con solo dieciocho supervivientes. En esta novela, uno de los dieciocho supervivientes de la Victoria, Francisco Rodríguez, relata a través de un erudito humanista, discípulo de Nebrija (y en realidad el auténtico narrador que reelabora la crónica del marinero), los sucesos del viaje y su propia vida a bordo, y también la de su buen amigo Gómez Hernández, en aquel épico viaje.