Becca Price se ha rendido. A sus 17 años, solo es capaz de sentir alivio deslizando una cuchilla de afeitar sobre su piel. Tras un intento de suicidio, su madre decide internarla en el Centro de Salud Mental Delva, un psiquiátrico de Londres, en contra de su voluntad. Por suerte, no estará sola. Anna, su compañera de cuarto, es descarada y decidida, aunque los límites que le impone su mente son más férreos que las paredes del psiquiátrico. Elizabeth prefiere ocultar su cuerpo tras anchas sudaderas para que nadie pueda decirle lo que su reflejo le repite día tras día. Gus vive obsesionado con la idea de poder ser contagiado por todo tipo de gérmenes. Y Alec esconde un océano embravecido tras sus ojos azules que no duda en calmarse cuando Becca se cruza en su camino.