Con "La conquista de Plassans" (1874), la cuarta novela del ciclo, Zola vuelve al lugar de origen de los Rougon-Macquart. Aquí es un matrimonio entre primos quien va a hospedar a un inquilino no menos sospechoso: un extraño sacerdote, sucio y pagado de sí mismo, que en poco tiempo se dispone a regir los destinos de Plassans y a influir en las decisiones de sus ciudadanos.