Hay figuras que atraviesan los tiempos sin perder vigencia, que consiguen hacer inmortal su verbo y su obra para prolongar el diálogo con la humanidad. Miguel Ángel Buonarroti responde al paradigma del hombre que ha trascendido su época. Lo que dijeron de él los coetáneos Ascanio Condivi, Francisco de Holanda o Giorgio Vasari.