«¿Cuál es el papel que juega la economía en nuestras sociedades? ¿Cuál es su lugar entre las ciencias? ¿Es ella misma una ciencia o una pseudociencia? ¿De qué se ocupa la economía? ¿Es susceptible de someterse a criterios de justicia? ¿En qué marcos analíticos nos deberíamos mover a fin de que su funcionamiento se orientase a la justicia? Estos son algunos de los interrogantes a los que esta obra quería proporcionar, si no una respuesta, sí, al menos, una nueva reflexión sobre la reorientación que debería tomar el devenir de la verdad canónica de la profesión de los economistas. Dar respuestas a estas cuestiones nos obliga a encontrar aquella noción de economía que consiga una mayor armonía con la idea de justicia, que es la primera virtud de cualquier institución social».