Aunque a su muerte en 1963, a la edad de 30 años, Sylvia Plath no era muy conocida, su figura no ha dejado de agrandarse desde entonces. Nacida en Boston en 1932, Plath siempre quiso ser escritora. Y viajar, ganar dinero, becas, premios. Y enamorarse, tener amantes, tener hijos. Quería vivir, en fin, una vida intensa y plena. Y tenía todo lo necesario para conseguirlo: ambición, capacidad de trabajo, muchísimo talento. Sin embargo, era mujer. En sus diarios, su novela, sus poemas. Sylvia Plath explora, con una lucidez rara vez igualada, en qué radica la dificultad de ser mujer y creadora, y los conflictos que ello le supone: externos -con la sociedad, con su madre, con su marido, el poeta Ted Hughes-, pero sobre todo internos.