Hace tiempo que la princesa Vera recibe apasionadas cartas de amor de un hombre misterioso. Hasta el momento, no parece que deba inquietarse por ello. Sin embargo, de pronto el enamorado da un paso más: el día del santo de la princesa le manda un brazalete de granates.
¿Quién es él y qué espera de la princesa? ¿Se trata de un loco o de un ferviente admirador que, en su arrebato pasional, ha perdido el sentido de la prudencia? Y, yendo todavía más allá, ¿existe eso que el enamorado misterioso llama «el amor verdadero», una pasión que sólo aparece una vez cada mil años?