"Actualmente vivimos una crisis de liderazgo. Aunque nuestro mundo ha cambiado drásticamente, nuestra manera de liderar no lo ha hecho. La mayoría de las organizaciones, los equipos, las escuelas y las familias siguen funcionando con un modelo de «Mandar y controlar», basado en estructuras jerárquicas y la conformidad de las personas. No obstante, debido a la naturaleza cambiante del mundo, la mano de obra, el trabajo en sí mismo y las opciones que tenemos de dónde y cómo trabajar, esta forma de liderar ha quedado drásticamente anticuada.