LA VERDADERA PRÁCTICA DE YOGA va mucho más allá de las posturas: se trata del manejo y administración del prana, esa fuerza vital que activa todos los planos donde la vida se manifiesta.
El objetivo de practicar Dharmayoga es, por un lado, liberar el prana que a menudo se “atasca” en distintas zonas del cuerpo y, por otro, almacenarlo a voluntad, muy especialmente en el plexo solar y en el chakra del corazón.
Descubrir la conexión entre tu cuerpo sutil, hecho de nadis por los que fl uye el prana, y tus pensamientos es apasionante.
Cuando tomas conciencia del vínculo que existe entre pranas y emociones, cuando entiendes que manipulando correctamente su fl uir no tan solo mejoras tu condición física, sino que puedes sanar aquellos estados emocionales que te roban la calma, emerge en ti un poder sorprendente.
El Dharmayoga tiene un gran valor terapéutico y lo maravilloso es que tú mismo te conviertes en el terapeuta: aprendes a gestionar el desánimo, la tristeza, el miedo o la ansiedad a través de tu práctica de yoga.