El pequeño Ramón, alter ego de Miguel Salabert, creció en el Madrid de la posguerra junto a una curiosa corte de bohemios, vagos y maleantes. Tras el fin de las bombas y los tiros, se impuso una normalidad marcada por el hambre, la educación castradora de los curas, la sombra de un padre preso, una madre ultraprotectora y desquiciada, y sobre todo, el silencio. El silencio de aquella parte de la población que, aun cuestionándose la vida bajo el franquismo, se sentía incapaz de implicarse en la oposición política, por miedo o apatía, y optaba por un «exilio interior», una forma de autismo social.
Tras las movilizaciones estudiantiles de 1956, Miguel Salabert se marchó a Francia para evitar la represión franquista y allí escribió esta obra clave de la contracultura española, cuyo título acuñó el hoy popular concepto de «exilio interior». Hoja de Lata recupera, en su versión definitiva, este referente underground de la literatura de posguerra que oscila entre la novela picaresca y el realismo social, con su retrato descarnado de aquella España de la mayoría silenciosa.