Los pensadores humanistas utilizaron el concepto de «filosofía vulgar» para referirse a ese saber propio del pueblo y sin necesidad de lecturas, que nace de la experiencia y se transmite oralmente. Dicha sabiduría popular se ha plasmado en forma de proverbios, máximas, apotegmas o frases hechas, y ha tomado finalmente cuerpo en nuestras letras, en ese conjunto de sentencias peculiares que conforman el Refranero.