Natasha Preston, la reina del thriller juvenil, vuelve con una novela más escalofriante y adictiva que nunca.
Tras el divorcio de sus padres, las gemelas de 10 años Ivy e Iris se separaron: Ivy vivía su padre, Iris con su madre. Seis años después, y tras la trágica muerte de su madre, las gemelas vuelven a reunirse: Iris se muda con Ivy y su padre. Devastada por los últimos acontecimientos, Iris pasa las primeras semanas en un silencio casi total: la única persona con la que habla es Ivy. Iris siente que su vida ha terminado y no sabe qué hacer. Ivy le promete a su gemela que ahora pueden compartir su vida. Después de todo, son hermanas.
Es una promesa que Iris se tomará muy en serio. Y en poco tiempo, los amigos de Ivy, su vida en la escuela y su novio caen bajo su poder de atracción. Lentamente, Ivy se da cuenta de que está siendo expulsada de su propia vida. Pero ella sabe que eso es pura paranoia, ¿verdad? Poco a poco todo apunta a que su hermana gemela no es exactamente lo que parece, e incluso la muerte de su madre es más sospechosa de lo que parecía al principio. Quizás al acoger a Iris de nuevo, han cometido el mayor error de su vida…