Algunos días, Marthe Gail cree que es Dios; otros, Jesucristo. Cree que su bebé ha muerto. La luz roja brilla. Hay barrotes en la ventana. Y las voces siguen hablando. El tiempo se desdibuja; cae la nieve. Los médicos dicen que es una crisis nerviosa. Su marido la visita y le enseña un mechón de pelo de su bebé, pero ella no se acuerda; aún. Hasta que consigue llegar arriba, ascendiendo hacia la liberación final…