En la obra de Benjamin destaca esta breve pero contundente reflexión en torno al arte y la comunicación de masas. Con las nuevas posibilidades técnicas para su reproducción, el arte puede transformarse en un poderoso instrumento para la revolución política. Una innovación que, a la vez, hará que la obra pierda su carácter único, el «aura», y abrirá, así, una nueva dimensión para el objeto artístico.