Lejos le queda a la humanidad la sensatez para autolimitarse en un planeta finito. Habiendo acabado con una buena parte de los predadores y, por supuesto, con los competidores más directos, al Homo sapiens del siglo XXI solo le frenan las pandemias, el cambio climático y la degradación ambiental que él mismo crea. La covid-19 ha sido la primera pandemia del siglo XXI y, por desgracia, no será la última. Rompiendo los equilibrios ecológicos, manipulando especies, alterando la biodiversidad y fragmentando y degradando ecosistemas estamos incrementando rápidamente el riesgo de zoonosis, es decir, de saltos de patógenos animales al ser humano y por tanto de pandemias. El cambio climático amplifica la mitad de las infecciones peligrosas para los humanos, al igual que diversas actividades económicas, que aumentan los brotes epidémicos. La historia de las pandemias nos permite aceptarlas, la medicina atenuarlas, pero solo aliándonos con la ecología y la evolución llegaremos a prevenirlas. Sabemos las ventajas de coexistir con los demás seres vivos y sabemos cómo hacerlo. Quizá ha llegado el momento de proponérselo