Unos bomberos viticultores, un árbol dentro de una iglesia, un falo invertido en una puerta famosa, un refugio nuclear debajo de la Gare de l’Est, unos vestigios insospechados de los prostíbulos de antaño, un patrón de los moteros, unos monogramas reales ocultos en el patio del Louvre, la presentación de la corona de espinas de Cristo, un carrusel prehistórico, un reloj de sol diseñado por Dalí, unas palmeras con heridas de guerra, unos impactos de bala en un ministerio, unas plantas esotéricas en el jardín de un cura, un misterioso monumento dedicado a la masonería en el campo de Marte, una esfera de oro macizo en el Parlamento, un templo chino en un aparcamiento, el impacto del río Bièvre en la geografía parisina, un búnker en el bosque de Boulogne… Para aquellos que creen conocer bien París, la ciudad no cesa de atesorar lugares insólitos y secretos accesibles para todos los curiosos.