Nadie sabe quièn es Muskupapi, pero sabemos que sus dibujos emocionan. Muskupapi no tiene agenda profesional, no expone, no hace bocetos. Cuando cae la noche, en el poco tiempo que le queda, escribe y dibuja ideas, con un trazo limpio y sencillo, enviando un abrazo, y dando esperanza a quien las recibe. Sus dibujos sencillos -muchos de ellos basados en experiencias reales- consiguen entretener, divertir, sacarnos una sonrisa y hacermos reflexionar sobre los valores y las cosas importantes: situaciones entre padre e hijo, hermanos, asuntos de familia, relaciones de pareja, amistad o relaciones laborales.