«Tengo 19 años y esta es mi primera novela. La escribí basándome en mi propia lucha contra la anorexia, para ayudarme a mí misma y para ayudar no solo a todos los que la padecen, sino a todos los adolescentes que en algún momento se han sentido infelices, solos o fuera de lugar».
Sara es una adolescente normal y corriente, con sus inseguridades.
Al iniciar el nuevo curso escolar, llega una chica nueva al instituto. Se llama Sofía y está extremadamente delgada. Poco después Sofía muere antes de llegar al hospital a causa de una insuficiencia cardiaca provocada por la anorexia que padece.
Este suceso impacta mucho a Sara, que decide ir al funeral de la chica, a pesar de conocerla poco. Allí, los padres de Sofía le entregan a Sara el diario de su hija, asegurándole que lo han encontrado en su habitación bajo una nota con su nombre. En las páginas del diario, Sofía disecciona con crudeza y lucidez las fases de su enfermedad y los sentimientos de desesperación, frustración, inseguridad y tristeza que le provocan. Sara no puede evitar sentirse identificada y, poco a poco, casi sin darse cuenta, empieza su propio calvario con la comida.