En este acto de escritura poe´tica que es El Temblor palpita esa veneracio´n antigua, esa entrega ante el secreto que revela el lenguaje, como un hecho de amor: la re-creacio´n y des-cubrimiento de esas mismas palabras que dejaron su huella en la que rastrear pensamiento y sentires primigenios y esenciales. El amor como el latido que resuena todavi´a en la piedra del tiempo. La memoria, la muerte, el deseo, o la propia escritura como la batalla contra el fluir imparable de las horas, como el inexorable fin.