Alberto Conejero ha demostrado siempre en sus obras la influencia de grandes dramaturgos (Tennessee Williams, Shakespeare, Eurípides, García Lorca, etc.). Sin embargo, más allá de un simple diálogo con sus referentes, tiene la maestría de reinterpretar los espacios, los personajes y los dramas de las obras universales, otorgándoles su propia visión llena de poesía. Así lo demuestra en las dos obras reunidas en este volumen, reescrituras chejovianas de Tres hermanas y La gaviota. Oihanpean es un drama donde el espacio se erige como personaje principal: no solo es el lugar donde se reúnen los hermanos protagonistas, sino que es el escenario donde se desnudan sus diferencias y se desdibujan las relaciones familiares. Los fenómenos climáticos, el cambio de estación y todo lo que azota al baserri (caserío) se proyecta en cada uno de los personajes, influyéndolos, trastocándolos y, finalmente, obligándolos a rendirse ante lo inexorable de la naturaleza. Paloma negra (tragicomedia del desierto) explora la sensibilidad de la primera y segunda generación de exiliados en México. Un destierro que se traduce en un de