«Qué es lo que hace aflorar nuestra capacidad de supervivencia? Sigo sin poder explicarme el arte
de supervivencia de Frank Wild. Por eso quiero contar la historia de su vida.»
En 1914, el aventurero inglés Frank Wild, junto al célebre explorador polar Ernest Shackleton
y otros 26 hombres, zarparon hacia «el viaje definitivo»: atravesar la Antártida. Pero su barco, el
Endurance, quedó atrapado en la banquisa antes de que hubieran alcanzado el punto del que iba
a partir la expedición. Derivaron hacia el norte durante nueve meses hasta que su casco no pudo
soportar la presión del hielo. En tres botes salvavidas, lograron alcanzar una minúscula isla en la
que jamás les hubieran podido encontrar, pues ni siquiera los balleneros conocían el lugar,
mientras Europa estaba sumida en la Primera Guerra Mundial. Cuando Shackleton, junto a otros
cinco miembros de la expedición, partió en busca de ayuda en uno de los botes, Frank Wild
se quedó en la isla a cargo de los 21 hombres restantes, bajo una oscuridad permanente y un frío
atroz. Fueron el carácter y la inteligencia emocional de Wild las que lograron mantener íntegra la
confianza de aquellos hombres en que serían rescatados, tras sobrevivir todo un invierno
antártico.