Al llegar a la treintena, la gente suele tener hijos. O una hipoteca. O ambas cosas. Pero Marta Terrasa dejó un trabajo estable y un piso en el barrio de Sagrada Família (en Barcelona) para marcharse al continente australiano; no solo por cumplir con una promesa que se había hecho a sí misma, sino para reencontrarse con Tim, un joven neozelandés a quien había conocido tiempo atrás en un viaje de surf. Esta es la crónica íntima de casi dos años recorriendo Australia, a veces con una guía de viajes en la mano, y otras, de la mano de quien habita en los márgenes, y al margen de los mapas. El relato, en primera persona, se entremezcla con historias reales sobre cazadores de cocodrilos, surfistas psicóticos, supervivientes de ataques de tiburón, leyendas aborígenes y encuentros con animalitos, ¡muchos animalitos! Historias que configuran la fisonomía de una isla-continente joven, salvaje y diversa. Bienvenidos a Australia, la tierra de Down Under, el mundo al revés, donde el invierno transcurre en julio