El sueño de Ruby siempre había sido ser bibliotecaria. Y el segundo lema ético de todo bibliotecario era no tener piedad con los morosos.
Este era un lema que nunca había tenido que aplicar hasta que cierto profesor insufrible y ermitaño, Gideon Vincent, aparece en su vida para complicarlo todo.
Cuando descubre que tiene cuarenta y tres libros vencidos aún en su poder y sin ninguna intención de devolverlos, Ruby se plantea recuperarlos a toda costa.
Y esto incluye tramar un plan maestro de sabotaje que pondrá a prueba hasta su propio corazón.