Hadley es consciente de cómo la ven joven, madre soltera y, por si eso fuera poco, embarazada.
Sabe que cada vez que miran a su hija Lucy piensan que fue un error.
¿Por qué si no la tendría tan joven?
Pero no podrían estar más equivocados.
Por suerte, entre ser madre, trabajar y terminar su último año de Enfermería, está demasiado ocupada como para dejar que las opiniones de los demás la afecten, o eso pensaba ella hasta que un chico lleno de tatuajes y demasiado juzgón se muda a la casa al lado.
Elijah vuelve a su pueblo natal y se encuentra viviendo al lado de una madre soltera.
No puede evitar crearse una opinión sobre ella, su vientre redondo, la incapacidad de su hija de dejarlo en paz, las ojeras bajo sus ojos y sus pintas desaliñadas.
No le cae bien, ni ella ni esa pequeña criatura.
Pero el roce hace el cariño y, tras varios encuentros, una extraña relación de amistad va surgiendo entre ellos.
Aunque son solo amigos, ¿verdad?