Naty y Nior se conocen desde los cuatro años. Para ella, Nior siempre ha sido insoportable.
La única persona sobre la faz de la tierra que consigue sacarla de quicio sin esforzarse.
El chico que le rompió el corazón. Pero también es el único capaz de ver a través de sus grietas; el único capaz de entenderla y hacerla sentir en casa cuando ni siquiera le soporta.
Para él, Naty siempre ha sido la vecina de las trenzas, la obsesión por el chocolate y los peluches. La única chica del mundo por la que cree que vale la pena luchar una y otra vez.