Si haces puenting sin comprobar que la cuerda elástica está bien sujeta, ¿crees que de la nada aparecerá un colchón debajo Así es como mucha gente se imagina que funciona la Providencia: hago cualquier cosa y «todo saldrá bien». Este «pequeño tratado» es la continuación de los estudios emblemáticos de Rémi Brague sobre el concepto de mundo. En una sucesión de breves capítulos expone una teoría de la Providencia divina en la que Dios provee a todos los seres con igual solicitud, pero según lo que la naturaleza de cada uno le da derecho a esperar de sí mismo. A la piedra, le concede estar en su lugar; a la planta, desviar su caída para tender hacia la luz; al animal, moverse en busca de alimento y del otro sexo; y al hombre, ser libre para responder a la invitación de Dios a participar en la obra de su Providencia. Brague rompe la distinción moderna entre el «Dios de los filósofos» y el «Dios de los creyentes», y nos permite redescubrir el camino hacia una comprensión unificada del lugar del hombre en el mundo. Repleto de referencias literarias y filosóficas (Tertuliano y Marcel Proust, Schelling y C. S. Lewis