Charles Marlow es enviado desde Londres al Congo en busca del responsable de una explotación de márfil, Kurtz, del que hace tiempo no se tiene noticia. Durante esa aventura, que le lleva a adentraser río Congo arriba, Marlow descrubirá la dureza de la oscuridad de una sociedad colonial brutal y miserable impuesta por los europeos en el corazón de África. Conrad traslada a este libro el viaje que realizara como capitán de un mercante, cuando Leopoldo II de Bélgica era propietario del Congo, que le adentró en las tinieblas y le hizo abandonar la vida de marino y la esperanza en la condición humana.